LA CUEVA DEL COLEGIO VILLADA

INSTITUTO TÉCNICO JOSE VILLADA – CIUDAD DE CÓRDOBA – ARGENTINA

UN POCO DE HISTORIA

 En los terrenos aledaños al Instituto Técnico Salesiano Villada, existe una cavidad subterránea artificial excavada en la tosca, cuyo origen y finalidad están envueltas en el misterio.

Estos terrenos originariamente formaban parte de la Estancia “El Paraiso”, de Don José Clemente Villada y Cabrera, cuyo casco se situaba en el actual Parque San Martín (Sitio relevado por GST). Al fallecimiento de Clemente Villada a fines del siglo XIX, las tierras se dividieron y quedaron en manos de sus hijos: Alejandro, Elisa e Indalecia.  

Las hermanas Elisa e Indalecia no tuvieron descendencia y fueron quienes donaron a la congregación Salesiana los terrenos donde hoy existe el Colegio arriba mencionado.

Consta en los Archivos Salesianos que en 1927 las hermanas Villada ofrecieron donar un terreno de más de 300 hectáreas para la fundación de un colegio, en memoria de su difunto padre y para colaborar con la Obra de Don Bosco. Inmediatamente comenzaron los trámites para la adquisición, y una vez concretado esto, la comunidad Salesiana recibió también un aporte de dinero de las señoritas Elisa e Indalecia, con el que comenzaron a edificar el edificio de lo que fue el Seminario Salesiano.

En 1931 ya estaba terminado y funcionando como tal; y asó lo hizo hasta fines de la década del 60 del siglo pasado, en que el noviciado se trasladó y el sitio comenzó a funcionar, hasta el día de hoy, como Colegio Técnico.

Aerofóto de 1960 donde se ve el colegio y sus alrededores. En el angulo superior derecho había un huerto donde se excavó el subterráneo

LA CUEVA

A metros del cuerpo principal del Colegio, se sitúa la cavidad que es motivo de este articulo y que podemos describirla de la siguiente forma:

En un montículo natural del terreno, existe una olla excavada en el mismo, de la que arranca hacia el sur una galería hacia las profundidades. La misma es estrecha, lo que obliga a abordarla gateando y se desarrolla de norte a sur en forma descendente con una pendiente aproximada de unos 20º por 3,5 metros de extensión. Luego de recorrer esos escasos metros, la misma galería gira abruptamente 90º hacia el Oeste y continúa en esta nueva dirección por unos 4,5 metros, ya con menor declive. Finalmente realiza otro giro de 90º, ahora hacia el sur, y tras un corto tramo de 1,5 metros de longitud, se accede a una cámara subterránea.

Plano del Subterráneo visto desde arriba

La cámara subterránea, de perímetro rectangular con techo acampanado tiene unos 3 metros de diámetro y una altura de 1,5 metros (Hay que considerar que el piso no es el original, por el sedimento depositado que fué ingresando por la boca de entrada). Sobre la pared sur, hay una extensión de esta cámara, mediante un pasadizo de unos 2 x 2 metros, que tiene su piso a un nivel más bajo. Sobre la pared oeste, en su extremo norte (Enfrentada a la boca de acceso) existe otra boca de túnel, estrecha y de menor altura que la cámara (similar al túnel de acceso a dicha cámara), que se dirige primero hacia el oeste unos escasos metros para luego girar 90º hacia el sur y la galería, sin modificar sus dimensiones, corre en esa dirección unos 3,5 metros para volver a girar 90º hacia el oeste y finalizar abruptamente. Obviamente se trata de un ramal inconcluso, que hubiera conectado la cámara con algún otro punto, o servir de acceso o salida alternativa.

Estrecho túnel de ingreso a la cámara subterránea

Ingreso a la Cámara

Túnel secundario desde la cámara

Vista desde el interior de la cámara hacia el túnel que comunica con la superficie

QUIEN O QUIENES LA EXCAVARON?

El objeto de esta cámara subterránea nos es desconocido, sólo podemos hacer conjeturas en base a lo observado. Podría tratarse de algún depósito, tipo bodega, como era usanza en el siglo XIX; pero tiene un acceso muy incómodo e ineficaz para tal fin.

Otra hipótesis es que se trate de algún tipo de refugio o escondite, entonces tiene sentido un acceso tan estrecho, como para pasar desapercibido. Incluso los giros de 90º que van realizando los túneles, nos hacen pensar en una estrategia que impida la visión desde el exterior.

Si fue un refugio o escondite, también tiene sentido el ramal inconcluso, que debió responder a una salida alternativa en el caso que se encontraba la entrada a la cámara subterránea por parte de quienes asediaban a los refugiados; si nó este refugio se convertía en una trampa mortal. Evidentemente no se terminó de excavar por razones que desconocemos.

Tampoco podemos determinar la antigüedad de este subterráneo, ya que no tiene materiales de construcción, los que se pueden datar; si no que fue excavado íntegramente en la tosca. Si hacemos una similitud con otras cavidades artificiales excavadas en tosca en Córdoba (Por ejemplo los túneles de Villa Rivera Indarte), por los desprendimientos de este material y el aspecto de las paredes (La presencia dejada por los ciclos biológicos de los hongos y la alteración física y química del material expuesto al aire) podemos afirmar sin temor a equivocarnos que esta cavidad puede tener unos 100 años.

Buscando documentación, sólo encontramos los datos referentes a estas tierras y sus propietarios. Pero nada dicen de este subterráneo ni arrojan algún dato que aporte a esclarecer su existencia.

Recurriendo a la memoria oral, entrevistamos a ex alumnos de la Institución y a miembros de la Congregación Salesiana, quienes aportaron diferentes historias. Algunos desconocían esta obra, otros incluso habían ingresado en esta cámara que llamaban “La cueva del Oso”. El origen era incierto, se hablaba de los Jesuitas, de manos desconocidas y algunos mencionaron a los novicios antiguos. De los varios testimonios que pudimos recoger, nos pareció interesante el del Padre Eleodoro Mucilli, un sacerdote mayor Salesiano conocedor de la historia del colegio. Refiere Mucilli que este subterráneo fue excavado a mano por los primeros alumnos del noviciado, allá por los años 1931-32, en una gesta romántica, donde quisieron emular las catacumbas de los 1º cristianos. Afirma el Padre que el subterráneo no es pre-existente a la formación del Seminario y aporta algunos datos curiosos, como que fue lugar de reunión de los antiguos novicios, incluso se dio allí la misa.

Otra historia, que también nos llegó por tradición oral, es que el montículo, en cuyas entrañas está la cámara subterránea, tenía antaño una cruz de madera y era una representación del Gólgota, y debajo se había excavado la “tumba del redentor”. Historias interesantes que hacen a los usos, a veces impensables, del subsuelo de nuestra Córdoba.

Recorra la cueva

Autor del texto e Investigación Histórica: Dr. Sergio A. Tissera

Relevamiento del sitio (12 – 07 – 2014): Dr. Sergio A. Tissera, Arq. Néstor D. Dalmasso, Tec. Ronald Baudat Arellano.

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